Hace algunos años, cuando mi vida era aparentemente perfecta por fuera, pero infeliz por dentro, decidí hacer un cambio en mi vida, un cambio inexplicable para muchos.
Inexplicable incluso a veces para mi. En ese tiempo escribí esto:
“Si los salmones fueran personas, cuantas veces se preguntarían que sentido tiene su existencia… ¿?
Y hoy yo me siento como un salmón… Buscando y buscando un río y una vez encontrado, subiendo contra corriente, sacando una fuerza sorprendente y desafiando la lógica razón, lo fácil, lo que sigue y hace la mayoría…
Y así, cuantas veces me he preguntado en mi vida:
- ¿qué sentido tiene mi existencia?
- ¿Por qué siempre voy contracorriente?
- ¿Por qué tengo que ser así?
- ¿Por qué tengo inquietudes como las que tengo y mis metas son tan elevadas?
Cuantas veces preferiría no ser como el salmón….!
Sin embargo, dentro de mi hay un instinto más fuerte que yo, una fuerza que me empuja a cumplir mi destino, mi finalidad, el sentido de mi vida.
Me encantaría ser como un delfín, pero no lo soy, tengo inquietudes diferentes, sueños diferentes, propósitos diferentes.
No soy tan simpática ni dulce como el delfín ni triunfaré tanto, no harán shows de mi.
Yo tengo que llegar a la cima de la montaña y allí dar mis frutos.
Y como el salmón querré ser la primera en llegar y cumplir con mi destino. Y buscaré y buscaré hasta encontrar mi río.
A partir de ahora estoy empezando a aceptar que soy como el salmón y a disfrutar de serlo, dejando de frenarme más pensando… PERO, QUÉ HACES?
Sí, soy un poco loca para los que no entienden que soy como el salmón.
Y ahora ya empiezo a preparme para subir… :)”
Escribí esto un mes de Octubre del año 2007 y hoy lo he rescatado de mi baúl de los recuerdos.
Necesitaba volver a conectar conmigo misma, volver a aceptarme tal como soy, por lo que soy y por todo lo que he recorrido: un largo viaje desde que empecé a subir por la montaña.
Hoy ha sido un día duro.
Un beso