Nuestras emociones. ¿Amigas o enemigas? ¿Buenas o malas?
Hace varios años pensaba que había emociones buenas y otras malas, por no decir MUY MALAS… Los celos, la competencia, la agresión, la rabia, el odio, el rechazo (el mal de amores)… ¿a quién le gusta sentir todo esto? A mi…NO! Y sin embargo tengo que reconocer que estas emociones han guiado mi vida y gracias a ellas, hace muchos años inicié un camino de crecimiento personal. Gracias a este trabajo personal he aprendido que:
” No hay emociones buenas o malas, lo que hace la diferencia entre unas y otras es la forma en que las vivimos.”
Las emociones forman parte de nuestra esencia como seres humanos, sin ellas no podríamos sobrevivir, aunque parezca extraño decirlo. Forman parte de nuestro cerebro emocional, nuestro cerebro mamífero o límbico.
¿Por qué una dentista habla de emociones?
Porque según la forma en que vivimos o expresamos nuestras emociones, éstas afectan a nuestro cuerpo de una forma u otra.
¿Y cómo pueden afectar a nuestro cuerpo? Alrededor de los años 80 algunos investigadores descubrieron los peptidos llamados también las moléculas de la emoción según la Dra. Candance Pert (neurocientífica y farmacóloga estadounidense). Y estas moléculas, los pépticos, hacen posible la conexión entre el cuerpo y la mente. Los pépticos son liberados por nuestro cerebro emocional y a través del sistema nervioso y el sistema hormonal, producen unas serie de reacciones en nuestro cuerpo.
Reacciones tales como disminución y cambios en la composición de la saliva, aumento de la tensión de la musculatura facial y oral (produciendo bruxismo o cambios en nuestra forma de morder), y también pueden afectar a las células del sistema inmune reaccionando de forma desproporcionada ante la agresión bacteriana.
Todos estos cambios fisiológicos afectan a nuestros dientes y encías directa o indirectamente. Por ello en Periodent Dona, tenemos muy en cuenta las emociones y la forma en que las vivimos a la hora de tratar tus dientes y encías.