Ser ganador o ser perdedor…
Quien lo decide?
Quien pone las reglas?
Quien juzga?
Este es un tema al que le doy vueltas estos días… y me he dado cuenta de que para mi estar en una u otra posición depende de mi interpretación del juego. Del juego de la vida.
Os cuento:
El sábado pasado fuimos a celebrar el cumpleaños de mi hijo en un paintball.
Antes de ir, el padre de uno de los niños le daba el siguiente consejo a su hijo, que jugaba por primera vez… ” mantente en tu sitio, no te muevas y juega desde allí. Cuando yo jugué perdí y ganó el que se mantuvo todo el tiempo en su posición sin moverse”
Después de este comentario, me di cuenta de que el concepto de ganar y perder para este padre era muy diferente al mío.
Personalmente me encanta jugar al paintball, Soy Amazona!. me gusta hacer estrategias, atacar, correr, acechar, disparar, sentir toda la adrenalina corriendo por mis venas y sobretodo el relax de después!
Disfruto de jugar, mi lema es si morimos (en el paintball) por lo menos lo hacemos jugando.
Para mi perder en el paintball consiste en quedarme parada en un sitio (justo lo contrario que para este padre). Si me quedo mucho tiempo en el mismo sitio, me aburro y parece que el juego se me pasa por delante. Prefiero arriesgarme e ir haciendo camino.
Así me lo paso GENIAL!. si me matan es una consecuencia del juego. El resultado no es tan importante, a veces se gana, otras se pierde.
Sin embargo en otras áreas de mi vida no lo puedo vivir igual.
En la última entrada, contaba como me sentía perdedora cuando no mantengo la firmeza en mis objetivos, cuando no consigo lo que quiero en un tema muy diferente, el de las relaciones humanas.
Jugar al paintball me ha inspirado a darme cuenta de que:
Sentirme ganadora o perdedora depende únicamente de mi interpretación de los hechos, y cambiando mi interpretación puedo cambiar mis pensamientos, mis emociones, hasta mis sentimientos, pero honestamente, lo he intentado y todavía me duele no haber sido capaz de mantenerme en mi determinación.
Puedo utilizar este dolor para hacerme la víctima y lamentarme todavía más lamiendo mis heridas. Es el “pobre de mi”.
Pero no esta vez!.
Esta vez puedo aprovechar la situación para TOMAR LA RESPONSABILIDAD y empezar a ver qué pasó exactamente:
Como empezó? que circunstancias acompañaron esta vivencia?
Cuando empecé a perder mi determinación?
Había cubierto mis necesidades primarias? tenia hambre? sueño? Estaba demasiado cansada? (escribo esto porque para mi es muy importante. Cuando no tengo cubierta alguna necesidad básica, no tengo energía suficiente para llegar a alcanzar mis objetivos).
Cuando empecé a sentir… lo dejo, no vale la pena luchar? Qué hice entonces?
Cuanto deseaba llegar a mi objetivo? Me sentía prepararada? qué me frenaba? Que me ha faltado para conseguir mi objetivo?
Qué hubiera pasado si hubiera conseguido mi objetivo? Qué me daba miedo de conseguir mi objetivo?
El pasado ya no lo puedo cambiar, no se pueden cambiar los hechos objetivos, pero con Thomas he aprendido que siempre se puede cambiar la intrepretación de los hechos, y un simple cambio en la interpretación… PUEDE CAMBIAR TODA UNA VIDA!
Tal vez necesitaba una vez más vivir esta situación para aprender un poco más, para ser más consciente de ella y para perder el miedo a entrar en ella…hay tantas formas de interpretarla!
Todavía siento dolor, pero este dolor ahora tiene un sentido, me sirve como marca, para ayudarme a ver que cuando no me mantengo en mi determinación, no obtengo beneficios.
Os sigo contando más aventuras…
Hasta pronto!
