Ayer fue uno de estos días… IMPRESIONANTES!
Ayer nos invitaron a ir de excursión en el barco Rafael Verdera (rafaelverdera.com).
Como apasionada que soy del mar, disfrute muchísimo de la travesía y de las actividades que Nuria y Mikel, los anfitriones, junto con sus hijos nos habían preparado.
Me encantaron los columpios que tenían en la proa donde estuve jugando, balanceándome y desafiando mi equilibrio.
Era como estar haciendo surf, recordando mis años de intrépida windsurfista.
Disfruté tanto que hoy no me lo he pensado mucho.
Esta tarde me he ido a alquilar una tabla de windsurf.
De jovencita, de los 12 a los 16 años, el windsurf era mi pasión, y cada verano desde las 12 a las 3 de la tarde lo pasaba subida en mi tabla.
El surf representaba para mi, la libertad, la diversión y la pasión.
Y hoy he vuelto a subirme a una tabla de windsurf!
Tengo que decir que la tabla y la vela que me han alquilado eran de principiante, y me he sentido un poco frustrada sintiendo el viento (HOY HACÍA BASTANTE VIENTO!!!) y haciendo un montón de esfuerzo… (en mis tiempos, con este viento hubiera volado)… y yo sin embargo en mi tabla, me sentía como si estuviera subida encima de un burro en una carrera de caballos!!!!! es decir CASI NO ME MOVÍA.
Lo peor ha sido que al regresar y comentarlo con el dueño de la tienda que me ha dicho poco más o menos, que en realidad no hacía viento, era una sensación de viento, y que el esfuerzo era por la edad… honestamente me he sentido “bastante” ofendida, MUY OFENDIDA!!! (qué se ha creído este insolente y maleducado, en pocas palabras me ha llamado mentirosa y “vieja”).
Después de sus palabras yo seguía mirando fijamente el mar y de repente he visto una tabla de surf que VOLABA! volaba como yo intuía que podía hacer.
No eran imaginaciones mías como me dijo el dueño de la tienda. El viento era real!
SE PODÍA VOLAR! y yo quiero volver a conseguirlo!
He recuperado el gusanillo del windsurf… jugar con la vela y el equilibrio entre el viento y mi peso, jugar con mis brazos y descubrir nuevas posiciones, probar, ponerme retos y alcanzarlos en las travesías. Sentir la libertad que para mi representa el mar.
Muy chuli!
Os cuento más en la próxima entrada!
Hoy he descubierto nuevas piezas en mi puzzle de las “relaciones”.
Hasta pronto!
